Una de las cosas que más pueden aportar como aprendizaje nuestros amigos peludos es la habilidad de vivir en el presente: olvidar el pasado y dejar las preocupaciones por el futuro para estar simplemente en el tiempo y espacio que ocupamos.
Si quieres conocer algunas de las estrategias que nos demuestran para llevar este tipo de filosofía, sigue leyendo el siguiente contenido con atención.
A veces nos preocupamos tanto por el futuro que olvidamos las pequeñas cosas que pueden sucedernos en la vida. Aunque difícilmente tendremos un día que nos brinde únicamente buenas noticias, saborear los instantes de felicidad es importante para estar en el aquí y ahora.
Así como tu perro se divierte con un chorro de agua, tu gato se pierde con la luz de una lámpara o cualquier otro escenario de felicidad que tiene una mascota al disfrutar de esos buenos momentos, tú y nosotros deberíamos agarrarnos a esos instantes de luz.
Aunque disfrutar lo bueno es clave para vivir el momento, reprimir lo negativo no ayudará a que te mantengas fluyendo, de hecho muy probablemente será lo contrario. Piensa en lo que hacen tus mascotas con las malas experiencias.
Si no recuerdas ningún evento similar, presta atención y la próxima vez que observes un conflicto observa su reacción: seguramente gruñirá o se quejará, porque es lo que inspiran este tipo de experiencias.
No obstante, después de esta respuesta y expresión no vuelve a dicho evento a menos de que algún elemento lo haga regresar por una asociación específica a dicha situación.
Para que tengas toda la energía que requiere el vivir en el momento, no te olvides de que todo lo básico que necesitas esté cubierto. Si no duermes bien, llevas una mala dieta o tienes algún problema de salud, será imposible concentrarte en el ahora.
Piensa si no en lo que sucede cuando tu mascota se enferma, ¿cómo la ves? Probablemente esté decaída y no tenga ganas de jugar; en resumidas cuentas no es quien siempre es y de ninguna manera tendrá capacidad de estar en el presente.
Lo mismo sucede con las personas, para concentrarnos y poder vivir en el momento debemos gozar de una buena salud y para ello debemos cubrir todas nuestras necesidades básicas.
Es muy difícil ver a un animal preocupado. Esto es porque normalmente la preocupación es una emoción que ocupa una fracción de su vida y de su tiempo y es sustituida casi inmediatamente por una acción.
Piensa por ejemplo en un perro que se preocupa al oír ruidos extraños: inmediatamente se levanta, acude al lugar del que provienen dichos sonidos, olfatea y quizá ladra para averiguar de qué se trata.
Del mismo modo nos conviene hacer a la gente: preocuparnos debe ser únicamente la reacción que desencadene una serie de estrategias para resolver los problemas.
De las anteriores, ¿cuál estrategia fue tu favorita?
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